La
noticia del cierre del Bar Vidal ha corrido como la pólvora por Albacete. Y es
que la ciudad y los albaceteños pierden la última taberna que queda en pie en
su forma original, desde que abriera allá por la década de los 60.
El cierre del Bar Vidal ha causado mucha
tristeza entre su amplia clientela porque no solo desaparece una de las
tabernas más antiguas de la capital, sino un bar que no se ha dejado llevar por
la modernidad ni el progreso y ha sabido mantenerse fiel a aquella cocina
manchega de fogón , típicos platos fuertes de una Mancha gélida.
Ajoaceite con patas de cerdo, caldo con
liebre, habichuelas con perdiz, arroz caldoso... forman la suculenta y sabrosa
carta gastronómica que ofrece el Vidal por encargo, unos platos que se
completan con sus tradicionales calamares, forro, queso frito, michirones,
carne con ajos, higadillos...
Pero lo que sin duda es común a toda la
clientela del Bar Vidal desde hace 42 años ha sido su postre: sus conocidos
higos con cazalla, elaborados por las propias cocineras en verano en su pueblo
natal: Pétrola.
Muy buenos recuerdos ....... en ese bar
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